miércoles, 29 de agosto de 2007

Una vida Windows?

Anoche estaba conversando con mis dos hijos, sobre convivencia, mal humor, adolescencia, roles, en fin, los temas del momento. El más grande (18) intentaba explicarme sus ideas sobre como va cambiando mi rol en la casa y en sus vidas.
De pronto, contento con haber encontrado un buen ejemplo, me dice:
- ¿Viste el fondo de Windows? Es como la madre, está siempre ahí, uno ni lo percibe pero forma parte de la cosa.
La verdad que sí, creo que el ejemplo es buenísimo, más allá del afecto, en su arrolladora vida de 18 años estoy pasando a ser como el fondo de Windows. Soy toda una Microsoft Mother.

lunes, 27 de agosto de 2007

Dos puntos de vista



- Te aviso que ya me llevé plástica a diciembre.
- ¿Y por qué te llevaste plástica?
- Porque no entregué ningún trabajo durante el año. (Por lo menos es sincera)
- No me parece muy inteligente de tu parte.

- ¿Por qué no? El examen es hacer los trabajos.
- ¿ Y a vos te parece que es lo mismo?
- Sí, es lo mismo.

jueves, 23 de agosto de 2007

Inapelable


Me encuentro en la cocina desayunando. La puerta se abre e irrumpe mi hija.

- Buen-día. Odio-ser-mujer.¿Cómo-estás?

Uy, "le vino". Tema que la pone de muy mal humor. Tema con el no tengo nada en contra, pero debo reconocer que me cuesta encontrar argumentos a favor. Es relativamente fácil tratar los aspectos prácticos de cómo manejarse, qué usar o qué tomar. Y digo relativamente, porque muchas de mis sugerencias se estrellan contra "no quiero/no me gusta".

Pero desde el punto de vista de la justificación filosófica, mis variados intentos terminan habitualmente en "Bueno, es así. Sería maravilloso que no existiera , pero no te queda otra. Aprendé a convivir. Aguantátela." FIN. No suena super pedagógico, pero es el único argumento inapelable.

martes, 21 de agosto de 2007

Sicología de boliche.

Voy a aportar una hipótesis alternativa o complementaria o suplementaria o bolazo, ustedes dirán. Creo que el lazo que une a una madre con su hijo (madre mujer, hijos varones, papá ausente, es lo que me tocó) es un lazo muy fuerte, al punto de adivinarse mutuamente, apenas mirándose, estados de ánimo, ángeles que pasan por un instante, nubes en el alma.
Ese lazo es hermoso para la madre, pero me temo que si persiste, estrangula las posibilidades de crecer del hijo.
Y romperlo es duro. Así que el adolescente la emprende contra él, no hay otra forma que golpear contra la madre hasta romper ese segundo cordón que lo libere, al fin, para volar por la vida.
El asunto es cómo sobrevive la madre a este proceso y en qué estado queda cuando finaliza. Yo, al menos, voy bastante mal.

sábado, 18 de agosto de 2007

Hipótesis determinista

- La verdad es que no sé porqué los trato tan mal- confiesa mi teen en un momento de introspección.
Yo tampoco. Pero en los últimos días estuve esbozando una hipótesis.

Me parece que los niños vienen programados para querer a sus padres. Tienen una visión amable sobre los fallos de sus progenitores y consiguen amar a padres francamente desasatrosos.
En cambio los adolescentes parecen llevar la impronta genética de odiar a su familia, no importa cuán amables, dedicados y esforzados sean. Pueden consultar información ampliada sobre este punto en el post anterior de Ana.

Qué sé yo. Estarán programados así. Será la venganza por todo lo que nos perdonaron cuando eran chicos...

jueves, 16 de agosto de 2007

De humores y medicamentos.

Domingo de noche. Cena familiar. J. de mal humor, como siempre. Serán sus hormonas? Quién lo sabe. El menú es su preferido, en la tele estamos viendo el programa que él eligió, pero su mal humor sigue tan campante.

PRIMER ROUND


- Dice el padre de mi amigo G. que esas porquerías que me das para la anemia no sirven para nada (las porquerías son, según el médico de J., el mejor suplemento de hierro, que además como no lo cubre la mutualista hace cuatro años que lo compro particular)

-¿Estás seguro de que te dijo eso? No es común que un médico haga ese tipo de comentario

-Bué, no dijo exacto eso, dijo que de repente ahora no tengo anemia (igualito)

- Sí, en este momento no tenés, porque el hierro te hace bien y mientras crezcas lo tenés que tomar, así seguís sin anemia. Además lo único que vio el padre de G. fue un análisis que te dio normal, con eso no puede saber lo que tenías antes.

SEGUNDO ROUND

Dos bocados de pizza con muzarella y J. vuelve al ataque, con su peor cara de pocos amigos.

-Además yo quería decirle al padre de G. qué eran esas pastillas inmundas que me dabas cuando era más chico, las que eran tan grandes que las molías, las mezclabas en jugo de naranja y eran un asco que me hacían vomitar... y no sabía decirle. ¿Qué era ese asco que me dabas?

¿Te contesto o te mato? ¿Te explico que era un suplemento que te hacía traer desde USA, que como no te gustaban te hacía jugo de naranja para mezclarlas, ¡¡que nunca vomitaste!!, y que en esa época dorada de tu vida -y de mis finanzas- disfrutabas del asunto de hacer el juguito y moler la pastillita para que el angelito se tome el remedio, que anda flaquito y anémico?

No, mejor no te contesto, todavía me decís que no es tu culpa, que vos no lo pediste, que problema mío si te compraba, que ahora te lo vengo a reprochar, bla, bla, bla. Tampoco te mato, que después me va a dar remordimiento.

domingo, 12 de agosto de 2007

Nace un blog


Encuentro a mi hija de 15 años y a su mejor amiga bajando la escalera. Sabía vagamente que iban a salir con A.
- ¿Adónde van?
- A la casa de A. Me quedo a dormir.
- ¿Y cuándo pensabas comunicármelo? -pregunto perpleja.
- ¿Cuándo me llamaras a la noche para ver adónde estoy? - arriesgó Ailén.
- ¿Te llevás el celular, no?
- ¡Uy! Voy a buscarlo.
- Por favor (en tono de "te mato"), ¿me dejarías el teléfono de la casa donde van a estar?.
Conozco la casa de su amiga, que queda cerca. Eventualmente podría ir y tocarle el timbre, pero ¡qué se tome alguna molestia, por favor!
- No sé el teléfono.
- Por favor, en cuanto llegues llamáme para dármelo.
- Sí, claro.

No llamó. Cuando voy a la cocina me encuentro con un papelito con el celular de su mejor amiga. Interpreto que es una ayuda para que me pueda comunicar con ella a pesar de ella misma, ya que no siempre atiende el celular. Igual ya lo tengo.

Noche. Entro en mi baño para sacarme el maquillaje. Misteriosamente desapareció el algodón. Con la experiencia de años, me dirijo a su baño dónde lo encuentro junto a mi crema de manos. Me llevo los dos de vuelta. Me paso la crema de limpieza. Busco las nutritivas. Nada por aquí, nada por allá. Vuelvo al baño de mi hija ausente. Encuentro las cremas. Las devuelvo a su lugar. Presiono la crema carísima para párpados (para párpados de más de 40) que dosifico con cuentagotas. Vacía. Nada. Ni una gota. ¡Me la usó toda! ¿Para que quiere esa crema para sus párpados de 15 años?

Siento impulsos homicidas. La llamaría para putearla, pero degeneraría en una discusión por la cual la culpa terminaría siendo mía y el estrés es malo.
Lo veo al padre tirado en la cama viendo la tele. Le grito:
- ¡MIRÁ LO QUE ME HIZO!

Había nacido un blog.

PD: interpelada más tarde, la acusada acepta haberse llevado las cremas, pero niega haber usado la carísima en cuestión. Veredicto: absuelta por falta de pruebas. De paso tengo que escuchar un discurso sobre lo implusivo e injusto de mis acusaciones.

De todos modos, a esa altura el nuevo blog ya está entre nosotros y no vamos a andar suprimiéndolo. No faltaran motivos.