sábado, 15 de diciembre de 2007

Dos escenas cotidianas


Escena 1
Mi hija menor está jugando con una amiguita. En un momento escucho que abre la puerta del baño que comparte con su hermana adolescente y le dice:
- ¿Ves? Así queda el baño después de que mi hermana se baña.
Sin siquiera asomarme ya sabía de que hablaba. El suelo inundado, las toallas tiradas, la ropa en el bidet...
Aparentemente a mi pequeña el espectáculo le parece tan notable que lo considera una atracción turística.

Escena 2
- Mañana cuando me levante, voy a controlar que no haya ropa tirada en tu habitación- le digo a mi teen. Además, quiero que la guardes, no que pases todo al canasto de la ropa para lavar.

Porque yo también fui adolescente. Y todos usamos los mismos trucos :-)

viernes, 23 de noviembre de 2007

Así no se puede.

Casi sin estudiar durante el año, mi hijo mayor exoneró/promovió o sea se salvó de todos los exámenes que se podía salvar.
Estudiando 1 hora y media diaria hoy salvó el primer examen obligatorio con 9/12.
¿Cómo lo convenzo de la importancia de los hábitos de estudio, del esfuerzo que significa prepararse para estudiar algo terciario, etc?
Y ando complicada, no me convence lo de que la culpa es de los profesores, porque justito esa es mi profesión. Y tampoco que el nene es un genio, porque tengo ganas de romperle todos los huesos por el trabajo que da para ponerse a estudiar la miserable hora y media diaria.

sábado, 17 de noviembre de 2007

Cosas de mujeres


Mi hija opina que es mucho más satisfactorio quejarse de los dolores menstruales a un hombre (su padre, que en este caso que me comentó conmovido "no sabía que tenía dolores tan fuertes") , que a una mujer (madre o abuela) que suelen contestar "a mí también me dolía mucho. Tomate algo y aguantátela".

Moraleja: si querés un oyente comprensivo, adecuadamente consternado ante la prueba que tenés que pasar todos los meses, y que no pueda:
  • decirte que a él le duele más, y
  • acompañarlo con historias de terror
  • señalarte que en realidad son increíblemente afortunada, ya que desde los albores de la humanidad las mujeres vienen soportando los dolores menstruales con NADA, y vos tenés un arsenal de analgésicos.
  • decirte "y bueno, es así Tratá de pasarlo de la mejor manera. Nadie se murió hasta ahora por una menstruación".
Evidentemente deberás dirigirte a un hombre.

domingo, 11 de noviembre de 2007

La mala educación


La semana pasada mi adolescente me había pedido permiso para invitar a tres amigas a ver videos y jugar con la Play el sábado. Para mi desgracia la reunión se prolongó hasta el domingo a las 20. Cada vez que se acercaba la hora de otro almuerzo o cena, yo rezaba al dios de los ateos para que se fueran de una vez. Pero se nota que mis plegarias eran poco efectivas porque seguían ahí y tenía que resignarme a pedir (y pagar) otro delivery de empanadas , pizza o helado. La comida casera se me había acabado con su mejor amiga que cayó en una visita el viernes a la tarde y terminé dándole parte de la cena que guardaba para el fin de semana.

Pero esos no fueron los únicos problemas. En un momento de acercó mi hija de 7 años muy seria y me dijo:
- Recordale a las amigas de mi hermana que no digan cosas como "puto" delante de mí. Hoy estuvieron diciendo "puto" y "mierda".

Prometí hacerlo. Lo hice, de hecho. Les causó mucha gracia, con un ligerísimo tinte de vergüenza. Pero dijeron que ellas hablaban así.

¿En qué momento la esmerada educación que damos a nuestros hijos se va al carajo (para seguir con la onda del post) ? ;-)

domingo, 4 de noviembre de 2007

Me rindo.

No consigo entender que la última novedad en materia rebeldía de mi hijo mayor (18) sea almorzar todos los sábados y domingos sentado a suficiente distancia de la mesa para que el trayecto de la comida desde el plato a su boca sea un viaje de alto riesgo en el cual algo de la comida termine o amenace todo el tiempo con terminar sobre su ropa.
Y que le moleste profundamente que yo ose mencionarle la conveniencia de deslizar la silla unos 50cm. hacia la mesa.
Si, mucho ooommmm y acordarse de agradecer todos los días vivir en la era del lavarropas y poder tener uno.

viernes, 26 de octubre de 2007

Su voz ya se apagó.

Cuando mis hijos llegaron a la adolescencia el teléfono se transformó en un martirio. Sonaba sin cesar, especialmente a partir del viernes de tarde y por todo el resto del fin de semana.
Al principio lo seguí atendiendo, ya que ellos muestran para atender el teléfono, o el timbre, o cualquier otra cosa, la misma diligencia que una tortuga narcotizada.
Cuando las estadísticas me permitieron constatar que de 100 llamadas, 99 eran para ellos, simplemente dejé de atender.
Más allá de atender o no, durante mucho tiempo era imposible dormir siesta, estudiar tranquila o cualquier otra cosa, ya que la música del ring acompañaba todas las actividades. A esto había que sumarle las peleas por el uso del aparato.
Bueno, lo que pasó seguro que todos lo hemos ido viviendo. Entre los mensajes de texto e Internet poco a poco el teléfono "normal" fue callando su desagradable voz.
Tanto que ahora sorprende oírlo sonar y poco a poco las estadísticas me van favoreciendo, veteranas como mi madre, amigas que todavía no usan mucho el celular, etc, hay suficientes llamadas para mí como para que valga la pena ir y atenderlo.
A las siglas sagradas, SMS y MSN le debo que haya vuelto la calma telefónica a mis fines de semana.

lunes, 22 de octubre de 2007

Feliz día mamá


Mientras chateaban con mi hija, varios de sus amigos me felicitaron por el día de la madre. Los amigos, que casi no me conocen. No mi hija.

A la noche, me sorprendió al desearme un feliz día. ¿Culpa? ¿Cansancio acumulado a lo largo del día? ¿Un flashback de algún recuerdo feliz de su infancia?

Mi duda es si sus amigos habrán felicitado a sus madres.

miércoles, 17 de octubre de 2007

Que duermas bien, mamá.

Otro año, otro Pilsen Rock. Cien mil adolescentes y jóvenes en peregrinación hacia Durazno, en el centro de Uruguay, en todo tipo de vehículos, a dedo, como venga.
Un festival enorme para nuestras dimensiones, donde acampan, viven, duermen, agitan, fuman y toman hasta el agua de los floreros una multitud de chiquilines, incluidos mis dos querubines, en una especie de Woodstock criollo.
Los años anteriores fui, a llevarlos o a traerlos, y vi de cerca una experiencia que me resulta conmovedora y disfrutable, pese a que obviamente preferiría menos alcohol y otras hierbas. Además de los toques de música en sí, es interesante ver la contención que logran entre ellos cuando quieren que algo funcione bien.
Y es increíble que en esa multitud de seres en dudoso estado de sobriedad y cordura no pase nada. Pero no pasa nada, al menos nada grave.
Bué, este año sacaron pasajes con tiempo, ya están los dos grandecitos, así que se fueron por la de ellos y yo escuché a ratos la transmisión por radio, especialmente cuando tocaron los grupos que más me gustan, como nuestros vecinos de la Bersuit y Chala Madre que vinieron a engalanarnos el festival, o mis queridos Buitres. De paso me aseguraba que seguía sin ocurrir ninguna hecatombe.
El chico, cuando terminó la primera jornada, mandó sms "tuvo demás, que duermas bien".
La verdad que bien, lo que se dice bien, dormí dos días después, cuando volvieron sanos, salvos y embarrados hasta el alma de la travesía. Miedos de madre: ¿se irán algún día?

viernes, 12 de octubre de 2007

El de ella es peor...


Una amiga me estaba contando sobre el cumplimiento de las tareas escolares de su hijo. En general está muy contenta, pero algunos detalles molestan al padre.
- Pero yo le digo, vos porque no ves a otros adolescentes. Hay mucho peores, como por ejemplo la tuya.
No sé si me sonó muy bien que se consolara pensando que mi situación era peor, pero me resulta imposible sentirme ofendida. Sucede que yo me hago lo mismo pensando en otra compañera, cuya hija está a punto de repetir el año. ¡Qué suerte tengo! Me podría haber tocado una hija así...

Realmente es una técnica utilísima. Supongo que la mayoría de los padres la usa. Cuando siento que mataría a mi hija, miro a mi alrededor, busco algún otro adolescente con un comportamiento que me parece inaceptable (por suerte eso es fácil, como ya dije algunos me usan a mí) y me doy cuenta de cuán afortunada soy :-)

domingo, 7 de octubre de 2007

De vez en cuando la vida...


De niños cada día, sin faltar uno sólo, les leía cuentos. Ahora veo como no leen absolutamente nada. De niños los llevaba muchísimo al cine. Ahora no van nunca.
De niños compartimos horas y horas de juegos, paseos, felicidad. Ahora, como es normal y lógico, esas horas las comparten con sus amigos.
Pero conseguí los DVD´s de "Vientos de Agua" y para mi gran felicidad, ellos -sí, ellos- insisten en que los veamos los tres juntos (mis dos hijos adolescentes y yo).
Trato de que no se me note, por aquello de que de rebeldes nomás, dejen de querer verla.
Pero cuando nos sentamos los tres a verla y saco de la galera chocolate, budines o lo que sea que previamente conseguí o cociné para el acontecimiento, vuelvo a ser la madre más feliz del mundo.

jueves, 4 de octubre de 2007

Vía SMS II


Unas semanas después de este intercambio , estando en el trabajo, recibo el siguiente mensaje:

SMS: Si pasás por alguna librería fijate si conseguís Hamlet de editorial Planeta o de La Nación. Yo, por mi parte, me siento para el c*lo.
SMS : Pobre, ¡qué te mejores, mi amor! (porque lo que es yo, no me pienso mover de aquí)
SMS: Eso fue una indirecta de "venime a buscar" T.T
SMS: No puedo. Estoy trabajando. Besos (los besos ya los tengo en una plantilla).
SMS: Nada de besos ><. Mandá a papá.

Ohhhh, ¡qué pena! De repente no tengo más señal. Adiós, adiós (plantilla) besos. Mentales, porque esto se acabó acá. ¿En serio piensa que voy a llamar al padre para convencerlo de que deje su trabajo y atraviese media ciudad para ir a buscarla a la escuela?
Cuando la volví a ver al mediodía estaba notablemente recuperada. Por suerte, porque los celulares andan tan mal...

lunes, 1 de octubre de 2007

La peor opción.

El desorden del cuarto de mi hijo mayor realmente me molesta. Cada día deja ropa usada en el piso, toalla mojada atrincherada en la cama, del ropero desborda ropa sucia mezclada con semilimpia y limpia, cuadernos, papeles, etc. pese a toda explicación en todo tono. Lo que más me preocupa es que somos millones los que sabemos que eso le perjudicará la convivencia con quien sea que conviva cuando vuele del nidito(?).

He analizado varias opciones:
  1. Limpiarlo yo y morirme de bronca porque es el colmo que tenga que llegar de trabajar a ordenar lo que semejante huesudo, dueño de mucho tiempo libre, deja sucio y desordenado.
  2. Que la señora que viene a limpiar una vez por semana se haga cargo, lo que me parece injusto hacia ella y poco educativo hacia la criatura. Ni le enseño a mi hijo a mantener cierto orden, ni -lo que es mucho más grave- le enseño qué es lo justo y qué lo injusto en el trato que merece una limpiadora.
  3. Insistir día a día, por aquello de la gota que horada la piedra. Los horadados son mis nervios y mi paciencia.
  4. Decirle a la limpiadora que obvie el cuarto del bicho en cuestión, cerrar la puerta y que se convierta en criadero de cucarachas, que al fin y al cabo es un animalito que no me disgusta del todo. Y que la víctima que conviva con él se las arregle y tenga claro que va sin garantía ni devolución.
La que hasta ahora he tomado es sin duda la peor opción, o sea alternar entre las anteriores de forma bastante errática. Acá ando, errando.

martes, 25 de septiembre de 2007

Derechos que andan torcidos.

Los padres y madres de adolescentes tenemos derecho a:
  1. Ser considerados seres humanos, y tratados por nuestros hijos como tales, de forma de no sentirnos un monedero/billetera.
  2. Pertenecer al género femenino o masculino (o al que sea), y no ser tratados como seres asexuados, ubicados más allá del bien y el mal.
  3. Tener pertenencias personales que no puedan ser confiscadas por nuestros hijos. impunemente, sólo porque combinan con lo que van a ponerse esa noche.
  4. Vivir en un hogar habitable y salubre, donde los objetos sucios sean llevados a su lugar de aseo.
  5. No ser sometidos a trabajos esclavos de limpieza y ordenamiento de lo que nosotros no ensuciamos
  6. Tener condiciones de silencio que nos permitan descansar a la hora de dormir, a pesar de sus majestades estén -nuevamente- de vacaciones.
  7. Ser escuchados en los breves instantes en que aspiramos a comunicar algo imperioso.
(Es un intento. Se reciben aportes.)

sábado, 22 de septiembre de 2007

Dulces sueños


- Mirá, realmente estoy HARTA de hablar siempre de lo mismo. No podés quedarte hasta cualquier hora pelotudeando con Internet. Tenés que acostarte temprano y dormir la cantidad de horas suficientes.

- Yo duermo lo que necesito.

- ¡Pero cómo me podés decir eso! ¡Tu preceptora me citó para decirme que te dormís en clase!

- Yo no me duermo porque tenga sueño. Me duermo porque las clases son aburridas y para no escuchar a mis compañeros.

domingo, 16 de septiembre de 2007

Anticipo de temporada


Mi hija estaba ojeando distraídamente la Para Ti colecciones. No voy a usar la excusa de que estábamos en la peluquería o que me la habían regalado. Yo misma la compré y no permito que lo consideren una lectura frívola. El esfuerzo mental que requiere ver la ropa en una veinteañera esquelética de 1,80 e imaginarme como me quedaría a mí , es tan intenso como el que utiliza un maestro del ajedrez en plantear su estrategia.

De repente dice- aprendiendo inglés con la Para ti. Bitch -señalando una foto- bitcher-mostrando otra-y bichtest- con una tercera. Realmente tiene razón. En general en las fotos de moda no se ve bien la ropa. Uno supone que es porque lo que quieren vender es un ambiente, pero además las modelos adoptan unas poses y unas caras tan sugerente que no se sabe si venden ropa o están haciendo porno soft.

Por lo menos no quiere ser modelo.

jueves, 13 de septiembre de 2007

Sólo un detalle....


(Publicado originalmente en Alicia R. el 2 de enero de 2007)

Mi hija reflexiona: "Yo sería perfecta como religiosa. No tengo ninguna relación amorosa, casi no salgo, no bebo, no fumo ni me drogo. Sólo me faltaría creer en algo"

Siempre termina faltando algún detalle.....

lunes, 10 de septiembre de 2007

Domingo.

Hijos adolescentes y sueño liviano son mala combinación. Los fines de semana mi hijo llega de sus andanzas nocturnas a las 6:30 - 7:00. Justo la hora a la cual yo me levanto todos los días. Me despierto y luego me cuesta mucho volverme a dormir.
Así que mal duermo un rato más y termino por levantarme, cuando él está comenzando a dormir. Es cierto que de niños también me despertaban. Pero al menos tenía la tranquilidad de que dormían en casa.
Me levanto con la promesa de dormirme una siesta. Que coincide con la hora a la que él - y mi otro hijo- se levantan a almorzar, así que en general termino no durmiéndola. O yendo a dormir la siesta a media tarde, lo que hace que de noche no tenga sueño y me cueste dormirme.
Hoy perdí la paciencia. Llegó a las 6 y 30, prendió la tele, se puso a calentar comida en el micro, y empezó a dar vueltas por la casa y a chatear por MSN. Sí, se puede hacer todo eso al mismo tiempo.
Mientras, yo esperaba atrincherada en mi cama, el mágico sonido de la puerta de su dormitorio al cerrarse, que indica que se va a dormir.
Al final me levanté y lo mandé a acostar a puro ladrido. Acá ando, ladrando y con sueño.

jueves, 6 de septiembre de 2007

Ataques.

Cuando mi hijo mayor se "ataca" proclama a los cuatro vientos que va a abandonar el bachillerato y a vivir el resto de su vida en diferentes playas tatuando y poniendo piercings.
Con toda la paciencia y mano del mundo trato de sacarlo de cada ataque, intercalo lo más sabiamente que puedo los diferentes argumentos, y cuento los días (unos cuantos días, porque le queda el resto de este año y el que viene) que le faltan para terminar.
Su sapiencia en tatuajes y piercings proviene de un par de libros que se hizo traer de USA y leyó concienzudamente.
Mi hijo chico está tan harto de los ataques como yo. En el último ataque le dijo
-"´Bo, tarado, no ves que si se pudiera vivir de leer dos libros ya los habría leído todo el mundo!!"
¿Podría entender de una vez, no?

martes, 4 de septiembre de 2007

Nuevos tiempos


Sumamos una materia más para rendir en diciembre y un par en categoría a definir. Es el 1º año que se lleva materias a examen y si bien no me parece una tragedia, tampoco creo que es motivo de alegría.

Para mi sorpresa la reacción de afuera es muy diferente. Psicólogas, amigas-psicólogas, amigas-docentes, amigas a secas y conocidos coinciden en que "es mejor". Y me lo aseguran enfáticamente. ¿Mejor, por qué? Mejor por la experiencia, mejor para que aprenda a dar exámenes, mejor para bajar los niveles de exigencia, mejor porque sí.

El único que no coincide es mi marido y padre de la criatura, que opina que no sólo es malo sino que la culpa es mía por ser demasiado blanda con ella. Después de una muy clara exposición de mi punto de vista según el cual NO es mi culpa, lo convencí de mi inocencia, o por lo menos ya no se atreve a culparme en voz alta.

No sé me resulta raro pasar de mi adolescencia donde llevarse una materia era una tragedia familiar (por lo menos en la mía) al coro de voces que me dicen que es una fantástica experiencia. Estoy un poco desconcertada...

Un poco fuera de tema, les quería contar que las ilustraciones de mis posts son de temas de animé por la pasión que despierta en mi hija. Además de un recordatorio de que además de las materias escolares tiene un examen internacional de japonés en el mismo mes. Pero eso sí le interesa :-)

domingo, 2 de septiembre de 2007

Como en la guerra.


Mi hijo grande sigue intentando explicarme sus ideas sobre el malhumor de su hermano J. (o sea, mi hijo menor) y sobre mi rol en sus vidas. Así que, a modo de consuelo, me dijo:
-Vos no le dés pelota al malhumor de J, mamá. No es contigo, anda enojado con la vida, vos solo sufrís los daños colaterales.
J. salió de su enfurruñado silencio, indignado.
- Lo que faltaba, ¡¡ahora también provoco daños colaterales!!

La imagen salió de http://www.ollorens.com/blog/

miércoles, 29 de agosto de 2007

Una vida Windows?

Anoche estaba conversando con mis dos hijos, sobre convivencia, mal humor, adolescencia, roles, en fin, los temas del momento. El más grande (18) intentaba explicarme sus ideas sobre como va cambiando mi rol en la casa y en sus vidas.
De pronto, contento con haber encontrado un buen ejemplo, me dice:
- ¿Viste el fondo de Windows? Es como la madre, está siempre ahí, uno ni lo percibe pero forma parte de la cosa.
La verdad que sí, creo que el ejemplo es buenísimo, más allá del afecto, en su arrolladora vida de 18 años estoy pasando a ser como el fondo de Windows. Soy toda una Microsoft Mother.

lunes, 27 de agosto de 2007

Dos puntos de vista



- Te aviso que ya me llevé plástica a diciembre.
- ¿Y por qué te llevaste plástica?
- Porque no entregué ningún trabajo durante el año. (Por lo menos es sincera)
- No me parece muy inteligente de tu parte.

- ¿Por qué no? El examen es hacer los trabajos.
- ¿ Y a vos te parece que es lo mismo?
- Sí, es lo mismo.

jueves, 23 de agosto de 2007

Inapelable


Me encuentro en la cocina desayunando. La puerta se abre e irrumpe mi hija.

- Buen-día. Odio-ser-mujer.¿Cómo-estás?

Uy, "le vino". Tema que la pone de muy mal humor. Tema con el no tengo nada en contra, pero debo reconocer que me cuesta encontrar argumentos a favor. Es relativamente fácil tratar los aspectos prácticos de cómo manejarse, qué usar o qué tomar. Y digo relativamente, porque muchas de mis sugerencias se estrellan contra "no quiero/no me gusta".

Pero desde el punto de vista de la justificación filosófica, mis variados intentos terminan habitualmente en "Bueno, es así. Sería maravilloso que no existiera , pero no te queda otra. Aprendé a convivir. Aguantátela." FIN. No suena super pedagógico, pero es el único argumento inapelable.

martes, 21 de agosto de 2007

Sicología de boliche.

Voy a aportar una hipótesis alternativa o complementaria o suplementaria o bolazo, ustedes dirán. Creo que el lazo que une a una madre con su hijo (madre mujer, hijos varones, papá ausente, es lo que me tocó) es un lazo muy fuerte, al punto de adivinarse mutuamente, apenas mirándose, estados de ánimo, ángeles que pasan por un instante, nubes en el alma.
Ese lazo es hermoso para la madre, pero me temo que si persiste, estrangula las posibilidades de crecer del hijo.
Y romperlo es duro. Así que el adolescente la emprende contra él, no hay otra forma que golpear contra la madre hasta romper ese segundo cordón que lo libere, al fin, para volar por la vida.
El asunto es cómo sobrevive la madre a este proceso y en qué estado queda cuando finaliza. Yo, al menos, voy bastante mal.

sábado, 18 de agosto de 2007

Hipótesis determinista

- La verdad es que no sé porqué los trato tan mal- confiesa mi teen en un momento de introspección.
Yo tampoco. Pero en los últimos días estuve esbozando una hipótesis.

Me parece que los niños vienen programados para querer a sus padres. Tienen una visión amable sobre los fallos de sus progenitores y consiguen amar a padres francamente desasatrosos.
En cambio los adolescentes parecen llevar la impronta genética de odiar a su familia, no importa cuán amables, dedicados y esforzados sean. Pueden consultar información ampliada sobre este punto en el post anterior de Ana.

Qué sé yo. Estarán programados así. Será la venganza por todo lo que nos perdonaron cuando eran chicos...

jueves, 16 de agosto de 2007

De humores y medicamentos.

Domingo de noche. Cena familiar. J. de mal humor, como siempre. Serán sus hormonas? Quién lo sabe. El menú es su preferido, en la tele estamos viendo el programa que él eligió, pero su mal humor sigue tan campante.

PRIMER ROUND


- Dice el padre de mi amigo G. que esas porquerías que me das para la anemia no sirven para nada (las porquerías son, según el médico de J., el mejor suplemento de hierro, que además como no lo cubre la mutualista hace cuatro años que lo compro particular)

-¿Estás seguro de que te dijo eso? No es común que un médico haga ese tipo de comentario

-Bué, no dijo exacto eso, dijo que de repente ahora no tengo anemia (igualito)

- Sí, en este momento no tenés, porque el hierro te hace bien y mientras crezcas lo tenés que tomar, así seguís sin anemia. Además lo único que vio el padre de G. fue un análisis que te dio normal, con eso no puede saber lo que tenías antes.

SEGUNDO ROUND

Dos bocados de pizza con muzarella y J. vuelve al ataque, con su peor cara de pocos amigos.

-Además yo quería decirle al padre de G. qué eran esas pastillas inmundas que me dabas cuando era más chico, las que eran tan grandes que las molías, las mezclabas en jugo de naranja y eran un asco que me hacían vomitar... y no sabía decirle. ¿Qué era ese asco que me dabas?

¿Te contesto o te mato? ¿Te explico que era un suplemento que te hacía traer desde USA, que como no te gustaban te hacía jugo de naranja para mezclarlas, ¡¡que nunca vomitaste!!, y que en esa época dorada de tu vida -y de mis finanzas- disfrutabas del asunto de hacer el juguito y moler la pastillita para que el angelito se tome el remedio, que anda flaquito y anémico?

No, mejor no te contesto, todavía me decís que no es tu culpa, que vos no lo pediste, que problema mío si te compraba, que ahora te lo vengo a reprochar, bla, bla, bla. Tampoco te mato, que después me va a dar remordimiento.

domingo, 12 de agosto de 2007

Nace un blog


Encuentro a mi hija de 15 años y a su mejor amiga bajando la escalera. Sabía vagamente que iban a salir con A.
- ¿Adónde van?
- A la casa de A. Me quedo a dormir.
- ¿Y cuándo pensabas comunicármelo? -pregunto perpleja.
- ¿Cuándo me llamaras a la noche para ver adónde estoy? - arriesgó Ailén.
- ¿Te llevás el celular, no?
- ¡Uy! Voy a buscarlo.
- Por favor (en tono de "te mato"), ¿me dejarías el teléfono de la casa donde van a estar?.
Conozco la casa de su amiga, que queda cerca. Eventualmente podría ir y tocarle el timbre, pero ¡qué se tome alguna molestia, por favor!
- No sé el teléfono.
- Por favor, en cuanto llegues llamáme para dármelo.
- Sí, claro.

No llamó. Cuando voy a la cocina me encuentro con un papelito con el celular de su mejor amiga. Interpreto que es una ayuda para que me pueda comunicar con ella a pesar de ella misma, ya que no siempre atiende el celular. Igual ya lo tengo.

Noche. Entro en mi baño para sacarme el maquillaje. Misteriosamente desapareció el algodón. Con la experiencia de años, me dirijo a su baño dónde lo encuentro junto a mi crema de manos. Me llevo los dos de vuelta. Me paso la crema de limpieza. Busco las nutritivas. Nada por aquí, nada por allá. Vuelvo al baño de mi hija ausente. Encuentro las cremas. Las devuelvo a su lugar. Presiono la crema carísima para párpados (para párpados de más de 40) que dosifico con cuentagotas. Vacía. Nada. Ni una gota. ¡Me la usó toda! ¿Para que quiere esa crema para sus párpados de 15 años?

Siento impulsos homicidas. La llamaría para putearla, pero degeneraría en una discusión por la cual la culpa terminaría siendo mía y el estrés es malo.
Lo veo al padre tirado en la cama viendo la tele. Le grito:
- ¡MIRÁ LO QUE ME HIZO!

Había nacido un blog.

PD: interpelada más tarde, la acusada acepta haberse llevado las cremas, pero niega haber usado la carísima en cuestión. Veredicto: absuelta por falta de pruebas. De paso tengo que escuchar un discurso sobre lo implusivo e injusto de mis acusaciones.

De todos modos, a esa altura el nuevo blog ya está entre nosotros y no vamos a andar suprimiéndolo. No faltaran motivos.