viernes, 26 de octubre de 2007

Su voz ya se apagó.

Cuando mis hijos llegaron a la adolescencia el teléfono se transformó en un martirio. Sonaba sin cesar, especialmente a partir del viernes de tarde y por todo el resto del fin de semana.
Al principio lo seguí atendiendo, ya que ellos muestran para atender el teléfono, o el timbre, o cualquier otra cosa, la misma diligencia que una tortuga narcotizada.
Cuando las estadísticas me permitieron constatar que de 100 llamadas, 99 eran para ellos, simplemente dejé de atender.
Más allá de atender o no, durante mucho tiempo era imposible dormir siesta, estudiar tranquila o cualquier otra cosa, ya que la música del ring acompañaba todas las actividades. A esto había que sumarle las peleas por el uso del aparato.
Bueno, lo que pasó seguro que todos lo hemos ido viviendo. Entre los mensajes de texto e Internet poco a poco el teléfono "normal" fue callando su desagradable voz.
Tanto que ahora sorprende oírlo sonar y poco a poco las estadísticas me van favoreciendo, veteranas como mi madre, amigas que todavía no usan mucho el celular, etc, hay suficientes llamadas para mí como para que valga la pena ir y atenderlo.
A las siglas sagradas, SMS y MSN le debo que haya vuelto la calma telefónica a mis fines de semana.

5 comentarios:

Alicia R. dijo...

Agradezco profundamente las nuevas tecnologías que mi hija se comunique con sus amigos via MSN, mail o SMS. En la era anterior adolescentes en casa era sinónimo de teléfono ocupado todo el tiempo...

Gioconda dijo...

Jajajaja es verdad!!
A mi mamá le re sorprendió la poca cantidad de llamadas a casa que teníamos desde que empezamos con los celulares e internet.
Tanto que una vez me preguntó "vos te peleaste con tus amigas que ya casi no llaman?" jajajajaja
Besos

Ana dijo...

Alicia: yo llegué a vivir con mis hijos las dos eras, y sí, mi agradecimiento será eterno. Ya ni me acordaba además del tema del teléfono ocupado siempre, entre el sonido y las peleas por usarlo... el detalle de no poder usarlo nunca yo era lo de menos.

Gioconda: no ves que a las madres no nos arregla nadie? Somos todas iguales, si hablás porque hablás... si no hablás ya nos empezamos a preocupar porque no hablás...

Ana C. dijo...

¡Qué alivio! Pero... ¿no se pelean por la compu?

Ana dijo...

Ana C.: ha dado Ud. en el clavo, je. Pero tienen prohibido que yo escuche las peleas, so pena de sacar el ADSL. así que son silenciosas.
Pensé en algún momento en ponerle una compu a cada uno, pero ahí seguro se pelean por otra cosa y además si la tienen cada uno en su cuarto va a empeorar el asunto del horario de irse a dormir, que es todo un tema.